miércoles, 16 de abril de 2008

Carta a un nombre en el vacio


He tratado de encontrarte, te he buscado incansablemente al rededor de mi pequeño mundo, he llorado tu ausencia y me he emocionado ante tu posible llegada. Los años han pasado, mis lagrimas se han secado, la esperanza que albergaba una sonrisa ha petrificado una mueca de ironia al escuchar tu nombre. Tu nombre, ese nombre que es tan solo la invocacion de un fantasma, un eco vacio en una habitación oscura, la nada. Hoy, no anhelo conocerte, no espero que me conozcas, ese tiempo pasó, se fue entre noches de tristeza y dias de soledad, se evaporó con las lagrimas, con los suspiros, con los sueños.

No, no me mal entiendas, esto no es un reclamo, ¿reclamar, para que?, el tiempo no regresa los pasos, ¿alguna restitución de daños?, no hubieron, mas que los me haya podido causar a mi mismo. No, con estás palabras solo quiero contarte, describirte a un ser humano, que vio florecer jardines, llenarse de vida los campos, surgir oasis a lo lejos, y que vió marchitarse su huerto, secarse su estanque, morir su eden. Un ser humano que caminó solo por una senda donde otros iban acompañados, un ente cuya voz fué el silencio, cuyos gritos el susurro del viento.

¿Que porque te cuento esta historia? Porque hoy me he despertado con voz de trueno, porque hoy tengo algo que contar, porque quiero que tu sepas todo aquello que pasó en tu ausencia, porque mi alma quiere dejar ir esta tristeza y esta desidia, porque siento que, al escribirlas, se iran pegadas a las letras, encadenadas a las palabras.

Hoy quiero renacer, con alma de poeta, quiero tener sueños de nuevo, quiero comerme el mundo, quiero compartir mi sendero, tengo derecho. Se que no será contigo, aun no se donde te encuentras, ni si sabes de mi, solo se que debiste buscarme como yo a ti, pero hoy he decidido mudarme, ampliar mi pequeño mundo, dejar este lugar arido y vacio, y si algun dia llegaras, ya no me encotrarás, porque salí en busca de un cambio, y si nos encotraramos en el camino, no se si nos reconoceriamos, pudieramos haber cambiado tanto, tanto de lo que ambos soñabamos del otro. Ademas, nuestros caminos, serian opuestos, tu irias hacia ese lugar del que yo estoy huyendo, y yo voy hacia allá, de donde tu has salido. Por eso creo que es mejor evitarnos tal bochorno si llegamos a encontrarnos y seguir nuestros caminos con un saludo amable, y un deseo de buen viaje.


Escrito Lunes 26 de febrero 2007

No hay comentarios.: